Versión.
Qué suerte la de Demetrio Sodi, el candidato del PAN a la jefatura de Miguel Hidalgo. Estaba muy tranquilo en las gradas del Estadio Olímpico de la UNAM presenciando el partido Pumas-Puebla en la semifinal del torneo de futbol de primera división cuando se le acercó un reportero y le empezó a hacer una entrevista que le permitió promocionar su candidatura. La televisora ni siquiera lo puso en el medio tiempo, sino en un recuadro mientras se desarrollaba el partido.
Una entrevista así costaría muchos millones de pesos, mucho más que el gasto total que la ley permite en una campaña para una jefatura delegacional. Pero aunque la compra de tiempos de radio y televisión está prohibida a candidatos y partidos, no hay problema porque Sodi y el PAN del Distrito Federal no pagaron ni un centavo. "Fue suerte", dice Sodi, que al reportero se le hubiera ocurrido hacer la entrevista y al productor meterla en un recuadro durante la transmisión de uno de los partidos de mayor rating del futbol mexicano.
Sodi no es el único político mexicano con suerte. Ahí está Fidel Herrera, el gobernador priista del estado de Veracruz, quien ha tenido la suerte de ganarse no una sino dos veces la lotería. Eso explica su fortuna. La maestra Elba Esther Gordillo es también una mujer con suerte. De origen modesto, hoy cuenta con propiedades importantes conocidas en San Diego y en Polanco, en la Ciudad de México. La razón de su dinero es que en 1973 heredó 300 centenarios de su abuelo Rubén Morales Trujillo. Es una suerte, pero más notable es el manejo que la maestra hizo de esos 300 centenarios. Al precio de compra de ayer en Banamex (14,500 pesos), las 300 monedas de oro habrían valido 4 millones 350 mil pesos, un monto muy inferior al de las propiedades conocidas de la maestra.
Jesús Ortega es también un hombre con suerte. El presidente nacional del PRD logró ganar a todos sus rivales en el casting para escoger al protagonista de los anuncios de su partido en radio y televisión. Así ha tenido la suerte de que los millones de spots de campaña de su partido beneficien también su imagen personal.
Enrique Peña Nieto también es un suertudo. Si bien todos los gobernadores del país pronuncian discursos, el priista mexiquense ha tenido la suerte de que los suyos sean cubiertos y transmitidos a nivel nacional por la más importante empresa de televisión del país. Pero tampoco Marcelo Ebrard, el perredista jefe de Gobierno del Distrito Federal, carece de suerte. Sus conferencias de prensa sobre la epidemia de influenza A H1N1 fueron cubiertas por los medios nacionales de comunicación. Pero incluso antes tuvo la suerte de que lo invitaran a conocidos programas de televisión a mostrar, por ejemplo, sus reconocidas habilidades culinarias.
Y qué decir de Édgar Hernández, ese pequeño de cuatro años de edad de la comunidad de La Gloria en Perote, Veracruz, quien fue la primera víctima en México de la epidemia de influenza. El chico tiene tanta suerte que el gobernador Fidel Herrera ha anunciado que va a develar la semana que viene una estatua en su honor. Lástima que la suerte no le haya alcanzado para que el dinero se use para ayudar a su pueblo a salir de la pobreza.
Hoy todos los políticos están buscando la suerte. Se enfrentan a la incomprensión de muchos periodistas que no quieren hacerles entrevistas porque piensan que con sus 23.4 millones de spots no necesitan nada más. Pero unos cuantos serán suertudos y estarán en el lugar adecuando y en el momento preciso para que se les entreviste.
Comentarista Una nota del periódico El Universal sostiene que Demetrio Sodi tenía programada en la agenda de su página de internet su participación como "comentarista" en el partido de futbol del sábado 23 de mayo entre Pumas y Puebla. Más suerte todavía. No es fácil conseguir chamba de comentarista de futbol sin experiencia, pero además cuando al mismo tiempo se está buscando un puesto de elección popular.
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