Versión.
El PRD lo crearon priistas que no aceptaron los cambios económicos realizados en el gobierno de Carlos Salinas. Pero no sólo por motivos ideológicos varios priistas migraron al PRD, también porque no fueron seleccionados como candidatos o funcionarios.
La principal fuerza del PRD, que se encuentra en el Distrito Federal, se origina cuando Manuel Camacho Solís, hombre inteligente y exjefe de Gobierno de la ciudad de México, abandona el PRI debido a que no fue designado por Carlos Salinas como candidato priista a la presidencia. Camacho ingresa al PRD y se lleva a ese partido la mayor parte de la estructura del PRI en el DF. Ese grupo, aunado a líderes de invasores, ambulantes y a la izquierda radical, controla políticamente al DF.
En los dos gobiernos panistas (Fox y Calderón) la posición del PRD en el Congreso ha sido la de oponerse prácticamente a todo. Un chiste que circula en la Cámara de Diputados dice: "cuando se desmaya un perredista no vuelve en sí, sino en no". La intolerancia y radicalismo de quienes controlaron el PRD de 2000 a 2008, llevó a su división interna.
Hay perredistas que razonan y están dispuestos al diálogo, pero se encuentran que sus correligionarios radicales, que consideran al gobierno panista como "ilegítimo", los acusan de colaboracionistas y traidores si apoyan alguna iniciativa del gobierno federal, aunque beneficie a la población. A pesar de que cada día los radicales tienen menos peso en el PRD, todavía controlan el Distrito Federal, en donde seleccionaron a la mayoría de los candidatos a diputados por ese partido.
Independientemente de la valía de algunos miembros del PRD, dicho partido sigue atrapado en una ideología obsoleta, en pleitos tribales y no acaba de sacudirse la influencia de los radicales, quienes les impiden apoyar en la Cámara de Diputados reformas que en un entorno mundial de recesión son indispensables para recuperar competitividad internacional, captar más inversión y crear más empleos. [tc <-]
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