ESPECIALISTAS EN MEDIOS S.A. DE C.V.
Indicador Político.
miércoles, 27 de mayo de 2009
AUTOR: Carlos Ramírez GENERO: Columna
FUENTE: El Financiero PÁGINA: 34
COSTO: $47,351.00
Versión.

El autodestape de Marcelo Ebrard como aspirante a la presidencia de la República fue un acto de desesperación política del jefe de gobierno del DF. Cuando menos cinco hechos lo han rebasado:

1) El PAN va adelante en la competencia por la jefatura delegacional de Coyoacán. Coyoacán ha sido tradicionalmente el icono de la izquierda. Pero los coyoacanenses se hartaron de la corrupción e ineficiencia perredista.

2) El DF se ha convertido con Ebrard en un queso gruyere: los hoyos perredistas han sido llenados por el PAN, el activismo de grupos priistas y sobre todo el avance de Enrique Peña Nieto en popularidad capitalina.

3) El DF y la zona conurbada del Estado de México significan el 52 por ciento de la base política y electoral del PRD. En el Estado de México hay una recuperación priista y en el DF hay espacios ocupados por el PAN y el PRI.

4) El PRD se dividió en el DF en dos grupos: el de López Obrador con el Señor de las Ligas René Bejarano y el operador del gasto social Martí Batres y el de Ebrard y Jesús Ortega.

5) Por tanto, el autodestape presidencial de Ebrard no respondió a ninguna encuesta ni sólo a la ambición personal sino que ocurrió justamente el 15 de mayo, día del arranque de las campañas electorales capitalinas. Y el mensaje fue claro: el PRD con Ebrard este 2009 se juega el 2012.

A Ebrard comienzan a alcanzarlo los fantasmas del pasado. En Coyoacán, por ejemplo, Ebrard tuvo ya dos sonoras derrotas. Como operador de la campaña priista de Carlos Salinas en 1988, Coyoacán votó contra el PRI. La justificación fue establecida por un dirigente del PRI: "es que los coyoacanenses piensan". En 1991, Ebrard iba como primero en la lista plurinominal del PRI para la Asamblea, pero el fraude organizado por Manuel Camacho como jefe del DDF arrasó con todos los distritos. Y Ebrard no podía entrar. Entonces el PRI de Camacho trató de organizar un- fraude al revés: "perder" un distrito en Coyoacán para meter a Ebrard. Pero los priistas destaparon el juego y Ebrard ya no pudo ser asambleísta.

Otro fantasma del pasado de Ebrard se le apareció en la Delegación Miguel Hidalgo. El candidato panista a la jefatura delegacional es Demetrio Sodi de la Tijera, quien como aspirante a la candidatura perredista a la jefatura de gobierno en 2000 fue el responsable de probar legalmente que López Obrador carecía de la residencia exigida por las leyes electorales. Sólo un pacto secreto de López Obrador y Zedillo, vía René Bejarano, obligó al PRI a callar ante esa violación legal y López Obrador pudo ser candidato capitalino pero violando las leyes.

Más tarde, como jefe de gobierno, López Obrador padeció la crítica de Sodi, al grado de que con ironía el tabasqueño instauró en el GDF el "Premio Sodi" y lo otorgaba, con burlas, a la crítica más severa en su contra. Varias veces en el GDF le otorgaron el premio al propio Sodi porque Sodi era uno de los más consistentes críticos de los excesos de López Obrador y Ebrard. En 2006, Sodi fue el candidato del PAN a la jefatura de gobierno del DF y enfrentó a Ebrard y el aparato de control del voto del PRD. Sodi conoce los secretos salinistas, priistas y camachistas de Ebrard.

En este contexto se localiza la desesperación de Ebrard en el DF. Las pugnas en el PRD y la lucha López Obrador-Ebrard por el control de la capital de la República con miras a 2012 han roto con el control perredista. Ebrard puso en Miguel Hidalgo a Ana Gabriela Guevara, pero la figura no ha podido remontar la exigencia de conocimiento de la realidad. Y a pesar de que Miguel Hidalgo es territorio panista, el PAN y el PRI han logrado meterse en las zonas pobres para arrebatarle electores al PRD. Y lo peor para Ebrard es que llegue Sodi a la jefatura delegacional, pues sería un adversario más duro, inteligente y astuto que la exdelegada Gabriela Cuevas.

La Delegación Coyoacán prendió los focos rojos en la jefatura de gobierno por dos datos: el panista Obdulio Ávila ya se colocó arriba del oscuro y débil candidato perredista y el candidato priista y exdelegado camachista-ebrardista Fausto Zapata Loredo llegó con la representación política de Enrique Peña Nieto. Por tanto, el escenario de Coyoacán no deja dormir a Ebrard: perder la delegación de los intelectuales ante el PAN y dejarle la plaza a Peña Nieto. El error de Ebrard fue impedir la candidatura del perredista más fuerte porque pertenecía al grupo de Bejarano. Pero la alianza de Ebrard con Los Chuchos y con Alejandro Encinas ha sido insuficiente.

Entre las rupturas perredistas, su ambición personal por la presidencia, el avance capitalino de Peña Nieto, el hartazgo de los capitalinos a los estilos priistas del PRD para agandallarse los votos y la intervención de López Obrador en el DF, el futuro político de Ebrard depende de los resultados electorales. Sin embargo, las tendencias del voto no benefician a Ebrard. Por eso Ebrard se ha convertido ilegalmente en jefe de campaña del candidato del PRD en Coyoacán y en otras plazas y ha autorizado uso también ilegal de gasto social para comprar votos.

Coyoacán podría ser el Waterloo, por tercera vez, de Ebrard. Por eso su tabla de salvación fue el autodestape, aunque con el riesgo de dejar sentado que la derrota de 2009 no sería del jefe de gobierno sino del candidato perredista a la presidencia de la República. Y sobre todo, podría ser el principio del fin del control perredista del DF y de López Obrador.
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