Las prisiones estatales siguen bajo el control de los internos, según el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2016 (DNSP).

Realizado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), el estudio identificó que 66 de los 131 centros penitenciarios estatales visitados tienen deficiente control por parte de las autoridades.

"Se identificaron como deficiencias importantes las condiciones de autogobierno o cogobierno, así como la falta de prevención y atención de incidentes violentos", alertó la Tercera Visitadora General, Ruth Villanueva.

En dichos centros, las autoridades no tienen control sobre la seguridad, los servicios ni las actividades que se realizan.

En 64 prisiones estatales hay áreas de privilegios, donde la CNDH encontró objetos y sustancias prohibidas, además de que ciertos internos ejercen control sobre el resto de la población.

Villanueva señaló que los privilegios solo se dan en el marco del autogobierno o de la corrupción.

"(Encontraron) desde instituciones donde hay sobrepoblación, que hay una celda donde duermen 10 o 15, y en otra vive uno o dos comparten una celda. Ingresan televisiones, hornos de microondas. Lo observamos muy frecuentemente", detalló Villanueva.

Alertó que internos del fuero federal permanecen en centros estatales, que pueden incidir en las condiciones

negativas.

Los Centros Estatales de Readaptación Social (Ceresos) obtuvieron una calificación de 6.27; la menor calificación fue para el Centro Regional de Reinserción Social Chilpancingo, Guerrero, con 3.91 puntos.

Los Centros Federales de Readaptación Social (Ceferesos) obtuvieron una calificación de 7.21 y las prisiones militares de 7.95.

A nivel federal, la mayor deficiencia es la falta de personal médico, medicamentos y atención a personas adultas mayores, así como la carencia de programas preventivos de adicciones y desintoxicación voluntaria.

"Son centros de primer mundo, están muy bien, pero no hay personal. Tenemos los mejores hospitales en los centros federales, pero no hay médicos, no hay medicinas", indicó la Visitadora.

El Cefereso peor calificado fue el número 9, en Chihuahua, con 6.17 puntos.

Villanueva destacó que, pese a la eliminación de la sobrepoblación en los centros federales, continúa el hacinamiento debido a una mala distribución de los internos.

Las cárceles municipales obtuvieron las calificaciones más bajas, con un puntaje de 3.90; en Nayarit, tres centros fueron calificados con menos de un punto.

El diagnóstico explica que las cárceles municipales carecen de normatividad y manuales, de instalaciones adecuadas y de acciones para prevenir hechos violentos, concluyó la CNDH.







Sin aprobar



Las cárceles municipales obtuvieron las calificaciones más bajas según el diagnóstico de la CNDH:







Q Roo 5.69
Puebla 5.24
Nuevo León 4.52
Chiapas 4.12
Tabasco 3.94
Jalisco 3.57
Hidalgo 2.78
Nayarit 1.40








Las cinco peor calificadas:





Cárcel Calificación
Pública Municipal de San Blas, Nayarit 0.08
Pública Municipal de Rosa Morada, Nayarit 0.17
Pública Municipal de Acaponeta, Nayarit 0.22
Distrital de Zacualtipan, Hidalgo 2.46
Reclusorio Preventivo Municipal de Cihuatlán, Jalisco 2.75






Para mejorar



Algunas de las áreas con principales fallas:



· Aspectos que garantizan la integridad personal del interno.

· Aspectos que garantizan una estancia digna.

· Condiciones de gobernabilidad del penal.

· Reinserción social del interno.

· Grupos de internos con requerimientos específicos.




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