Versión.
Si en estos momentos tuviera que diseñar un programa de capacitación para preparar a su personal, ¿cuál sería su contenido? Con seguridad buscaría el desarrollo de habilidades que tengan que ver con la coyuntura actual: ventas y mercadotecnia, administración efectiva del tiempo y de los recursos, motivación, solución de conflictos, comunicación efectiva, manejo de presentaciones y hasta control del estrés.
Ahora piense: ¿qué pasaría si en estos momentos uno de sus mejores clientes llamara a su empresa y sólo hablara inglés? ¿Está seguro que cualquier persona podría atender la llamada? ¿Cuántos de sus empleados entienden y hablan al menos un segundo idioma? ¿Cuántos de sus directivos de primer nivel dominan tres? Si analiza la situación de su empresa por un momento, verá la triste realidad: México tiene un déficit en materia de inglés, el idioma global por excelencia, tanto para los negocios como para el turismo y el intercambio académico, de acuerdo con Ricardo Estrada, investigador en capital humano.
Según la Encuesta sobre capital humano en México, del Centro de Investigación para el Desarrollo (CIDAC), una institución independiente que analiza y propone políticas para el desarrollo democrático y económico de México, apenas una tercera parte de la población urbana de entre 14 y 55 años de edad sabe algo de inglés. De ellos, sólo cuatro de cada 100 consideran que pueden leerlo y entenderlo bien. Dos de cada 100 pueden hablarlo y escribirlo perfectamente. Muy pocos lo dominan para desempeñarse en un ambiente laboral.
¿Cuántos de sus empleados entran en esta categoría? La encuesta de CIDAC muestra que el inglés y la computación (otra habilidad indispensable en el mundo laboral) van de la mano del ingreso familiar y la escolaridad, como se observa en las siguientes gráficas.
A nivel personal, el inglés no sólo da a la gente la oportunidad de encontrar un trabajo (las empresas o las áreas de Recursos Humanos se ven obligadas a descartar a la mayoría de los candidatos por su carencia o deficiencias en el idioma), sino de tener un mejor ingreso. "La diferencia entre un salario alto y uno de 15,000 pesos, que es el sueldo promedio de un profesionista, está en los idiomas. México necesita gente preparada en su profesión, pero también en idiomas para poder servir a las trasnacionales", asegura Juan Tamez, director general de Berlitz, en entrevista con Alto Nivel.
En México existe una cierta desvinculación entre las carreras universitarias y las necesidades de talento de las empresas. ¿Hay alguna forma de vincular los servicios de Berlitz con los requerimientos del mercado laboral?
Definitivamente sí. Los recién egresados carecen de un buen nivel de inglés. Por eso hemos tratado de establecer alianzas con las universidades, como la que tenemos con UNITEC. Impartimos clases a 600 grupos (unos 10,000 alumnos). Cuando egresan de la universidad ya tienen un nivel intermedio de inglés y pueden hacer una buena conversación al solicitar empleo.
Si un empleado nunca ha tomado clases de inglés, ¿cuánto tarda en aprenderlo?
Depende del nivel que desee alcanzar. Para desenvolverse en situaciones de la vida cotidiana y desplazarse cómodamente alrededor del mundo, con nuestro sistema son suficientes seis u ocho meses, si toma clases individuales. Si desea un nivel avanzado, digamos técnico o de negocios, requerirá más tiempo.
Creo que una persona aplicada puede lograr un nivel avanzado en un año o en año y medio de clases individuales. Podrá atender juntas, realizar presentaciones y entender textos en inglés. Si las clases son semiprivadas (cuatro alumnos en la clase), se necesitará un año y medio o dos para lograr un nivel avanzado.
Con nuestro programa de Inmersión Total en dos semanas mejoran su fluidez. Éste incluye nueve horas diarias de instrucción. Es un curso ideal para profesionistas y ejecutivos que se van a trabajar a un país de habla inglesa.
En naciones como Chile se ofrecen becas y cursos técnicos de inglés al micro y pequeño empresario, con el objetivo de aumentar su capacidad de hacer negocios. ¿Ofrece Berlitz cursos de este tipo?
Por supuesto; también atendemos a profesionistas con necesidades muy específicas. Podemos armar grupos con gente que tenga los mismos intereses, como publicistas o financieros.
También tenemos el servicio Berlitz at your Office, el cual ha tenido muchísimo éxito en los corporativos.
Estamos analizando otros proyectos.
Queremos tener cuadrillas de profesores en las ciudades donde todavía no abrimos centros de idiomas. Estamos viendo si rentamos oficinas para ofrecer el servicio o si los profesores acuden a donde el cliente les diga.
De acuerdo con la encuesta del CIDAC, el 55% de la población urbana que trabaja considera que hablar inglés le ayudaría mucho a encontrar un mejor trabajo o buscar un ascenso. Esto demuestra que el negocio de Berlitz tiene potencial...
Claro. La enseñanza de idiomas, las traducciones y las interpretaciones son un negocio muy noble y con muchísima demanda. En tiempos como éste, la gente se prepara más porque quiere mejores oportunidades. La experiencia muestra que las crisis se suscitan periódicamente, cada cinco o 10 años, pero no debemos asustarnos sino tener una actitud positiva, porque éstas traen oportunidades.
En Berlitz buscamos las formas, los canales y los productos para seguir siendo competitivos. En los 39 años que he trabajado para esta empresa he visto situaciones económicas difíciles. Sin embargo, seguimos abriendo escuelas, capacitando más gente y generando nuevos empleos. La situación económica podrá no ser la ideal, pero seguimos trabajando, buscamos otros mercados.
Como cabeza de Berlitz en México, no acepto gente que se doblegue ante situaciones difíciles. Quiero gente que haga historia, que salga a servir.
Eres muy positivo. ¿Todos los directores de empresa deberían tener esta actitud?
Creo que sí. Cualquier persona que tenga a su cargo un grupo de gente -no importa si son dos, 20, 200 o 200,000 empleados- debe tener una actitud positiva. Si no, su gente no dará los resultados que él espera. Líder es aquel que, de la mano de su equipo, logra los resultados que le solicita la empresa.
Cuando tuve la oportunidad de seleccionar personal que trabajaría en Berlitz, me interesaban aquellos rebeldes e inquietos que se querían hacer notar; no los apagados que no participaban y no hablaban. El secreto de este negocio está en encontrar a la gente que quiera apoyar un proyecto como los idiomas y la cultura. La capacitación es clave para que los ejecutivos puedan desempeñarse profesionalmente, y ejecuten las funciones para las que fueron contratados.
Los ejecutivos prefieren Berlitz por su nivel y sus grupos reducidos (de tres a cinco alumnos]. Además de eso y de 130 años de experiencia, ¿qué otra característica agrega valor a su oferta? Porque hay muchas escuelas de inglés...
Nuestra ventaja competitiva es el método directo y 100% conversacional. Es un sistema de enseñanza dinámico que se basa exclusivamente en la conversación y en la pronunciación [no hay traducciones ni explicaciones gramaticales], para que los alumnos practiquen el idioma todo el tiempo.
El éxito de Berlitz también radica en la actualidad de los contenidos. No usamos libros de hace 10 o 15 años; renovamos los materiales periódicamente en nuestros laboratorios de Estados Unidos, porque los idiomas cambian a diario. Además, tenemos alianzas estratégicas exclusivas con la Universidad de Harvard, con las revistas Time y Life y con la organización educativa Sesame Street para el desarrollo de materiales.
Por último, Berlitz es una empresa de idiomas, no sólo de clases de inglés. Ofrecemos 10 productos diferentes, como Berlitz Cultural Consulting, para viajeros internacionales y empleados que son transferidos con sus familias a otro país por cuestiones de negocios; Berlitz Online, para los ejecutivos muy ocupados que prefieren un método en línea; traducciones e interpretaciones; estudios en el extranjero, para quien desea aprender un idioma en el país donde se habla, entre otros.
En México existe un déficit importante de personal que domine el inglés, desde jóvenes que trabajen en un call center hasta altos ejecutivos. Se necesitan, sobre todo, estrategias dirigidas a la población con menor escolaridad e ingreso, pero ustedes no atienden este segmento.
Efectivamente, debe atenderse a ese segmento de la población, porque tiene el potencial de participar en los sectores económicos que demandan el dominio de un idioma, como los empleados de la industria turística, que tienen menos oportunidades de financiarse por sí mismos este tipo de capacitación; sin embargo, podrían obtener empleos mejor pagados si la toman.
Para ese segmento hay otro tipo de escuelas. Berlitz atiende al mercado ejecutivo: jóvenes de entre 25 y 40 años que están en su etapa productiva y son conscientes de que si no dominan el inglés, por lo menos, no tendrán la oportunidad de entrar a trabajar en trasnacionales.
Berlitz atiende alrededor de 40,000 alumnos por año.
Una tercera parte son estudiantes y el resto es gente productiva. Y si sumamos a los alumnos que estudian en centros que operan como franquicias, tenemos cerca de 60,000 estudiantes en el país.
¿Cuál es tu reto al frente de Berlitz, 39 años después de que ingresaste a la firma como instructor?
Son varios: mantener el liderazgo en este mundo globalizado, continuar capacitando ejecutivos comprometidos y profesionales para servir mejor a los clientes externos e internos, mejorar a diario las herramientas de dirección y liderazgo de todo el personal, continuar trabajando para que Berlitz siga siendo reconocida por los alumnos y las empresas que nos dan la oportunidad de servirles. Somos un centro mundial que ofrece programas únicos y adaptados a cualquier necesidad.
Otro reto importante es continuar con la expansión de la firma por las ciudades en las cuales todavía no tenemos presencia. Después de 15 años como director de diferentes centros en toda la República, tomé la dirección general de Berlitz en 1986, cuando apenas teníamos seis escuelas. Hoy ya tenemos 40 centros de idiomas y queremos seguir creciendo.
¿Por qué crees que a los mexicanos nos cuesta tanto trabajo aprender otro idioma?
Es un problema cultural: nos falta disciplina para terminar lo que iniciamos. Somos aprendices de mucho, pero maestros de nada. Empezamos con mucho entusiasmo aunque luego claudicamos. Pero la gente no debe desanimarse ni hacer a un lado sus ilusiones de ser completamente bilingüe, traductor o intérprete. Debe perseverar.
Tengo recuerdos muy gratos con relación a la disciplina y la perseverancia. Por ejemplo, cuando los japoneses vienen a estudiar español por un año y no terminan los niveles que les permiten hablar con fluidez, confianza y buena pronunciación, se quedan más tiempo hasta lograrlo. Les aseguro que ellos son tan disciplinados que al volver a su país hablan un español mejor que el de muchos de nosotros. ¡Ojalá aprendiéramos de esas culturas!
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